Por: Nabonazar Cogollo Ayala
¿A quién se le ocurrió decir en occidente que con un
intercambio buco-oral se demostraba el amor?
El
intercambio microbial supera el millón de organismos unicelulares… las
hepatitis (B y C) se contagian de esa forma si hay lesiones en los labios; y tanto
la gastritis como la mononuclueosis infecciosa o enfermedad de los enamorados,
se contagian por el intercambio salival, para solo citar tres ejemplos…
Piénsalo
bien… ¿Quieres besar a tu pareja?
Para
los asiáticos esto resulta asqueroso, los chinos, japoneses y demás extremorientales
no occidentalizados (coreanos y vietnamitas), jamás se tocan. Se demuestran
aprecio y respeto inclinando levemente el cuerpo ante la otra persona.
¿A
quién se le ocurrió decir que la mejor
forma de expresar amistad era con un apretón de manos?
A
los europeos en la Edad Media y aún más atrás en tiempos antiguos. Estrechar la
mano del otro era signo de que no se traían armas y se venía en son de paz.
Levantarse el sombrero en actitud respetuosa viene de la costumbre de
levantarse la visera del casco de guerra para poder ver a la otra persona,
identificarla y saludarla. Ya hoy en día esas armas no se usan, pero el gesto
de cortesía formal pervive a pesar de los tiempos. Para nosotros el apretón de
manos es normal. Para los extremorientales es fuente de intercambio de
microbios y bacterias y por ello lo evitan a toda costa.
¡Los
extremorientales son muy preocupados por la higiene y la asepsia!
¿A
quién se le ocurrió decir que los cubiertos de la mesa eran reutilizables e
intercambiables?
A
los occidentales. Los extremorientales –quienes también se asquean por la práctica
occidental, que consideran sucia-, emplean sus famosos palillos, que requieren
una cierta destreza para poderlos emplear correctamente. Son estrictamente
personales y nadie sino su dueño, puede emplearlos. Cuando su dueño muere los
botan o bien se los echan en el ataúd junto con todo el restante menaje de comida.
¿Cómo
hacen entonces los restaurantes en Japón?
Una
de dos: o piden que el cliente traiga sus palillos o bien le venden un par de
palillos nuevos que se lleva cuando este acaba su comida.
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