domingo, 27 de octubre de 2013

UN CANTO A CERETÉ

UN CANTO A  CERETÉ
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

En la ingrata lejanía más sentido es mi cantar
Por la tierra de mis padres, por mi tierra celestial…
Es hermosa cual matrona de la raza del Sinú
¡Imponentes son sus glorias como un símbolo zenú!

Cuando vuelva yo a sus lares, me hincaré con devoción
Ante el suelo de mis padres, palpitante de emoción.
Y veré a María Varilla revoleando en frenesí,
La pollera que le brilla con destello carmesí.

La cumbiamba resonante con magnífico vibrar
Va sonando en mis oídos y me hace sollozar…
Y alzo al cielo la mirada para ver un arrebol
¡Es el mítico cacique que enfrentara al español!

Eres tierra idolatrada la que nunca olvidaré
Palpitando va en mis venas tu legado, Cereté.
Pregonando va mi sangre que en tu seno yo nací
Si me fui de tus praderas hoy me tienes ante ti.

Brilla el sol con vivas luces cuando besa el pabellón
De mi patria cereteana que es orgullo en la nación.
La trazaron con el oro filigrana del ayer…
Con el blanco en sus vacadas, con su verde renacer.

Los muchachos de mi tierra son antorchas que al arder
Construyendo van futuro con sentido del deber.
Es por eso que mi canto con amante corazón
Va diciendo a las alturas… ¡Cereteana es mi canción!

Madrid (Cundinamarca)
Junio 16 de 2013

sábado, 5 de octubre de 2013

¿CUÁNDO ME DECEPCIONO DE LOS SERES HUMANOS?


¿CUÁNDO ME DECEPCIONO DE LOS SERES HUMANOS?
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

El alma se me crispa y los ojos se humedecen  cuando en nuestras grandes ciudades veo niños comiendo basura en las calles…
Cuando veo animales mal tratados por la injusticia y crueldad de los hombres…
Cuando veo lo que otrora fueran bellos paisajes, intervenidos por la contaminación ambiental y la depredación inmisericorde…
Cuando me entero de la violación de una mujer o de unos niños, que experimentaron en sus vidas la brutalidad y la torpeza del deseo sexual masculino…
Cuando la mano cruel del verdugo asesta los golpes de la maldad y del castigo físico, contra seres indefensos…
Cuando se olvidan o tergiversan los más grandes ideales románticos de la historia, en aras del individualismo y el egoísmo capitalista…
Cuando se destruye una biblioteca…
Cuando la mentira lacerante arroja la inmundicia del lodo sobre las personas más justas, dignas y probas…
Cuando soy impotente para evitar actos de salvajismo, crueldad o injusticia, perpetrados por las fuerzas del orden o por la fuerza desbocada de la maldad humana…
Cuando una madre abandona a sus hijos…
Cuando un padre le niega el apellido a sus hijos o cuando incumple con la cuota alimentaria…
Homo sapiens sapiens… ¡No hagas más daño! Ya has hecho suficiente.

Madrid (Cundinamarca), octubre 4 de 2013