Eduquemos a
nuestros alumnos en el amor y la adhesión a lo propio, no al extranjero.
Enseñémosles con nuestro propio ejemplo
que la mejor lengua del mundo es aquella que desde niños aprendieron en el
hogar de sus padres, la cual no tiene por qué involucrar extranjerismos
innecesarios (anglicismos[1],
galicismos[2],
germanismos, italianismos, lusitanismos[3]
etc.,). Involucrémoslos con la historia, la geografía y el legado espiritual y cultural
de su propia comunidad socio-cultural. Es un abierto contrasentido que nuestros
niños y jóvenes colombianos sepan más de EEUU y de Europa, que de su propio
país. ¿Por qué razón ello se da así? Porque con los actuales medios de
información masiva la presión cultural extranjera y extranjerizante es cada vez
más fuerte y resulta duro luchar contra ella. Duro sí, pero no imposible. Una
cosa es que el extranjero pretenda que somos poco menos que nada, al fin y al
cabo tanto Washington como Londres, Paris, Ottawa, Berlín, Tokio, Roma y Moscú[4],
defienden abiertamente sus propios intereses de expansión neo colonialista
tanto política y económica, como
cultural y militar; y nos ven como fuentes baratas de recursos y materias
primas. Las 8 grandes potencias del mundo se han dado la licencia de tomar
determinaciones que nos afectan a todos, directa e indirectamente, como el
exigir a nuestros gobiernos el incremento desmedido en las tasas de servicio
públicos, por ejemplo, como una forma de garantizarles el pago del servicio
anual de la deuda externa. Ello lo sabemos desde que finalizó la II Guerra
Mundial en 1945, lo cual ha venido en franco y preocupante ascenso. Una cosa es
que ello sea así, otra muy distinta es que nosotros lo aceptemos quieta y
pasivamente, sin hacer nada al respecto. Y lo que es peor, que le enseñemos a
nuestros amados niños y jóvenes a bajar la frente ante el extranjero, que nos
niega en función de su propia afirmación, en función de su propia riqueza y
opulencia. En las principales ciudades
colombianas hay colegios de bachillerato y primaria, que les enseñan a nuestros
niños y jóvenes a idolatrar formas y manifestaciones culturales extranjeras, en
detrimento de la cultura nacional. En muchos de esos colegios no cantan el Himno Nacional de Colombia sino el de
Inglaterra, Italia o Francia, entre otros. El llamado bachillerato internacional (BI[5])
niega a nuestros muchachos de sus raíces, al obligarlos a estudiar
exclusivamente la historia y geografía de EEUU, o de la potencia matriz del
programa, independientemente del país del cual sean originarios los alumnos o
en el cual se hallen. Jamás permitamos tales exabruptos. Nuestros niños y
jóvenes colombianos serán de y para nuestro país, no para ir a engrosar las
filas de obreros y manos de obra baratas en países del autodenominado primer mundo. ¡Hagamos que nuestros chicos se identifiquen
con lo propio, no con lo ajeno, que no se aviene tampoco con ellos! Nuestro
amado Colegio tiene una legítima vocación nacionalista, constructora y
cimentadora del ideal patrio. Una legitima vocación cristiana católica y
humanista, que sienta las bases de la fe y la personalidad de nuestros niños y
jóvenes. Sigámosles impartiendo una sana educación liberadora, no una educación
opresora, en las nuevas formas de opresión que el mundo conoce y que se han
venido cimentando en las últimas décadas. Como decía el apóstol Juan, el
discípulo amado: Veritas liberabit vos
(La verdad os hará libres).
Nabonazar Cogollo Ayala
Madrid (Cundinamarca)
Junio 2 de 2013
República de Colombia
[1]
Anglicismo:
Extranjerismo tomado del idioma inglés.
[2]
Galicismo:
Extranjerismo tomado del idioma francés.
[3]
Germanismos,
italianismos y lusitanismos: Son extranjerismos tomados de las lenguas:
alemana, italiana y portuguesa, respectivamente.
[4]
Las sedes del poder político y económico de las 8 potencias del mundo,
integrantes del Grupo de los 8 (G 8),
todopoderosa asociación internacional de países que se auto arroga el derecho
de tomar decisiones de índole planetaria.
[5]
Bachelor International: Bachillerato
internacional.
Como siempre usted con su gran amor por esta patria que Dios nos ha dado, y por el deseo sincero de enseñar y no lucrar. Dios lo bendiga y guarde Profesor.
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