Triste
que te sientas triste…
Pero
a veces es necesario
Para
renovar la idea que tienes de ti mismo
O
para sentir que renaces como la feliz corola aureolada
Que
brota del bulbo de un tulipán…
Triste
que te sientas triste…
Porque
a veces duele
Como
la cáustica gota de esperma derretida
Que
lacera en un punto la palma de tu mano
Solo
para recordarte que el fuego hiere y quema
Pero
hace nacer vida nueva donde otrora un cadáver campeara…
Triste
que te sientas triste
Pero
del alma brota una cantilena de ensueños
Luego
que la cascada lacrimal ha pasado y deja su salina huella
Solo
para decirte: la vida sigue, no fenece en un momento de la senda
Que
recorres florecida o sembrada por los cardos del infortunio
Triste
que te sientas triste
Pero
como todo en la vida, ya pasará…
Y
devendrá en un dorado grano de arena
En
el suave fluir de las arenas fluctuantes del tiempo
Que
hoy te entristecen y mañana te darán sonoras y melódicas carcajadas…
Nabonazar
Cogollo Ayala
Mayo
30 de 2013
Madrid
(Cundinamarca)
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