jueves, 26 de diciembre de 2013

MARÍA VARILLA DEBE SER EL HIMNO DE CÓRDOBA


MARÍA VARILLA  DEBE SER EL HIMNO DE CÓRDOBA
 Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Para todos los cordobeses, sinuanos y sanjorginos, el HIMNO DE CÓRDOBA debe ser el porro MARÍA VARILLA, obra folclórica popular a la que se le ha soslayado esta dignidad desde los primeros años de creación del departamento (18 de junio de 1952). El departamento del Huila tenía hasta hace unos lustros atrás un himno marcial, que poco y nada se compadecía con su enorme legado cultural y folclórico, por lo cual lo reemplazaron, sabiamente por demás, por el pasillo ALMA DEL HUILA. Esto marcó en Colombia, desde entonces,  la tendencia regional de adoptar obras hímnicas acordes con el propio devenir folclórico, cultural y espiritual de los pueblos que se los apropian. El himno Grandets- Dechamps es excluyente con el San Jorge y las sabanas en su texto. Y es una obra que no ha logrado calar en el sentir popular de las gentes cordobesas, a decir verdad. 
Sinuanos y sanjorginos nos emocionamos y sentimos que el espíritu se exalta de emoción, cuando en nuestra tierra y fuera de ella resuenan las imponentes notas del porro MARÍA VARILLA, por derecho propio el himno de todo cordobés de pura cepa. Cuando se encendió la llama del FUEGO PATRIO en el estadio olímpico de la ciudad de Montería, en los pasados Juegos Nacionales (2012), los acordes que solemnizaron ese emotivo momento fueron los del porro MARÍA VARILLA, para emoción de propios y extraños, entre un abanico iridiscente de fuegos artificiales. Cuando el boxeador monteriano Miguel Happy Lora subió al cuadrilátero, en EEUU, a  disputar el título de los Welter Junior en 1985, resonó por los altoparlantes el porro MARÍA VARILLA, con toda su majestuosidad y orgullo. Cuando el orgulloso campeón arribó al aeropuerto de Los Garzones, con el fajín de campeón mundial de boxeo, fue recibido triunfalmente con el porro MARÍA VARILLA. 
Concederle a esa meritoria pieza folclórica musical,  el carácter emblemático que le corresponde, es hacerle justicia a su trayectoria, su innegable y formidable historia, a la leyenda de aquella mítica bailadora de fandango y porro, que iba de fiesta en fiesta, de pueblo en pueblo de nuestra geografía patria cordobesa, alegrando con la cadencia majestuosa y señorial de su baile, la velada dancística en la rueda del fandango. ¡Donde María Varilla bailaba su porro, era la propia tierra cordobesa la que latía y palpitaba!
MARÍA VARILLA debe ser el himno de Córdoba, el símbolo sonoro de los valles del Sinú y el San Jorge, del tramo costanero y la sabana cordobesa; en donde no se le disputa esta dignidad emblemática.  Lo debemos escuchar todos de pie, con el rostro vuelto al sol y orgullosos de nuestros ancestros, con la mano puesta en el pecho; como símbolo de autoafirmación y de identidad de una raza, de un pueblo y de un modo propio de ser y sentir, que nos diferencia y afirma ante el resto del mundo.

Diciembre 26 de 2013




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