domingo, 29 de junio de 2014

¡NO MIRES PA´ ARRIBA MIJA QUE ESTOY ENCUERO! (Crónica) Por: Nabonazar Cogollo Ayala

NABO COGOLLO GUZMÁN LIDIANDO UNA POTRANCA EN LA FINCA LA FLORIDA
Cereté - Córdoba
(1984 aprox.)

¡NO MIRES PA´ ARRIBA MIJA QUE ESTOY ENCUERO!
(Crónica)
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Tan bueno y tan noble como era mi padre
Y la muerte infame me lo arrebató…
Esos son los dolores, las penas tan grandes
Que a sufrir en la vida lo pone a uno Dios.

CAMILO NAMÉN RAPALINO – MI GRAN AMIGO

Corría el año 1983 y el proverbial don Camilo Namén Rapalino, el afamado cantautor cesarense oriundo de Chimichagua (Cesar)[1] andaba de visita por tierras del departamento de Córdoba y había llegado concretamente a Cereté, donde se había alojado en la finca La florida de don Nabo Cogollo Guzmán, el caballista y gallero que era parte del mundo vallenato, a quien lo unía una entrañable amistad de vieja data. A Camilo Namén se le recuerda entre varios cantares vallenatos, por hermosos y sentidos cantos costumbristas de sabor autobiográfico como El hombre libre, Recuerdos de mi niñez, El encuentro con el diablo, Mi gran amigo, Las canas de mi vieja, La ceiba del puerto, De la misma manera, etc. La personalidad expansiva y la innegable simpatía de “Camo” –como cariñosamente lo llamaran sus amigos y conocidos- eran garantía suficiente de grandes parrandas vallenatas con el Nabo y sus amigos, que se extendían durante varios días. La vena poética de Camilo se inflamaba por la emoción de la parranda y los versos y estrofas fluían a raudales, al compás de la caja, la guacharaca y el acordeón. El infaltable acordeonista siempre era Lánder Prioló, humilde carpintero oriundo del barrio Venus de Cereté, acompañado por Sanjuanete como cajero o guacharaquero, entre otros. El Nabo todo lo disponía para una agradable velada vallenata cada vez que Camo lo visitaba y esos encuentros parranderos resultaban inolvidables. Yo entonces contaba con 14 o 15 años y estudiaba bachillerato en el Colegio San Carlos de la familia Lemaitre, en Cartagena de Indias, solo iba a la finca en vacaciones. Aquel diciembre de 1983 llegué a la casa y mi papá contaba entre chanzas y diversiones la siguiente anécdota, vivida con don Camo, la última vez que aquel había estado en la casa. Contaba mi papá lo siguiente:

“Hombe, aquel día estábamos parrandeando con Camilo en el ranchón grande largo de la finca, al pie de las caballerizas. Estábamos con José Miguel Ramos, Gabriel Arrieta y otros amigos cereteanos más. Ya nos habíamos tomado varias cajas de ron y le habíamos dicho a la negrita esta de La coroza[2], a Elisa, que matara unas jopopelao[3] y nos hiciera un sancocho, pa´ coger fuerzas. Ya habíamos comí´o y yo estaba reposando un rato en una de las hamacas del rancho, iba siendo medio día. Camilo había pedido permiso a los presentes porque desde hacía rato estaba con la toalla en el hombro y la jabonera y no lo habíamos dejado ir a bañar, dele que dele con la verseadera y la improvisación vallenata. Lánder tocaba el acordeón… Bueno, Camilo se fue a duchar al baño de la casona grande del frente del camino real. Y nosotros seguimos acá cantando y verseando, cuando de repente se oyó un estrépito grandísimo y Camilo gritando en el baño…

-¡Nabo, Chave[4]! Vengan a ayudarme que me caí… ¡Ay mi pierna!
Todos dejamos de cantar y salimos corriendo pa´l baño, que de una vez se llenó de gente, encontramos a Camilo enjabona´o, tira´o en el suelo, sobándose la pierna. ¿Qué pasó? Que Camo se estaba bañando a totumadas con el agua de la alberca. En una de esas y sin darse cuenta, hizo contacto eléctrico entre la taza metálica que estaba usando y el bombillo del baño. El corrientazo lo tiró al suelo y se golpeó la pierna que alguna vez se había partí´o, lo que le produjo un fuerte dolor en la tibia, pero no fue más. Camilo se quejaba mucho…

-¡Ay Nabo, me partí otra vez la pierna, me duele mucho la pierna!
-Nombe no, cálmate, cálmate… ¡La tienes es resentida por el golpe, pero eso se te pasa con una buena sobada con Vacol[5]! –Le decía mi papá, al tiempo que le examinaba la pierna-…
-¿Vacol? ¡Pero si eso es pa´ burro, ternero y caballo! ¿Quién te ha dicho a ti que eso es pa´ gente?
-¡Carajo Camilo! ¡Déjate de vainas que yo sé lo que hago! ¡Elisa, Elisa!
-¡Sí don Nabo!
-Ven mija, sóbamele aquí la pierna a Camilo pa´ que se le pase el porrazo que dice que le duele mucho, coge el Vacol que ya me lo trajo corriendo Iván[6]”!
Y la buena cocinera empezó a refregarle vigorosamente la pierna a don Camilo con la pomada caliente, para que le aminorara el dolor por el golpe… Camilo le decía…
-No mires pa´ arriba mija, que estoy encuero… ¡Soba, soba que ya me está pasando! ¡Razón tenía el Nabo! ¡Ah viejo resabia´o ese! Ese Vacol es bendito…

Lo más chistoso de todo era que el baño seguía lleno de gente y en medio de la concurrencia, acostado en el piso húmedo, estaba don Camilo como Dios lo trajo al mundo. Pasada la primera impresión y el susto, entre todos ayudaron a Camo a vestirse y salir del baño, apoyándose en el hombro del Nabo, Camilo iba cojeando y quejándose. Mi papá le decía…

-Nombe no, eso ya te pasa, esas son cosas tuyas… Mira, acábate de vestir y ahora vamos allá a la sala que con una tusa yo te quito esa cojera… ¡Ya verás!
-¿Con una tusa? ¿Y eso cómo vaina es? ¡Ay Nabo, tú y tus métodos del tiempo viejo! Y lo mejor del caso es que resultan…
-¡Bueno, vas a ver el resultado!

Una vez en la sala grande, el Nabo sacó de la nariz de la palma[7] del techo de la cocina vieja una tusa de maíz que tenía guardada ahí para lo que se necesitara en el futuro, como hombre precavido que sí era. Acto seguido tiró la tusa al piso y le dijo…

-Bueno, ven acá… Me vas a pisar esta tusa contra el suelo, con el pie de la pierna enferma… Y vas a rodar, pa´ allá y pa´ acá, riquirraca, riquirraca, un rato hasta que la pierna ya no te duela… ¿Me entendiste?
-Carajo Nabo, tú y tus vainas… ¡Presta a ve´ hombe!

Y Camo siguió las prescripciones terapéuticas del Nabo y movió al principio lentamente por miedo al dolor, luego más rápidamente, su pie sobre aquel improvisado rodillo vegetal… Los músculos fueron entrando en calor y la pierna entera recuperó lentamente su movilidad, aunque quedaba algo de hinchazón por el golpe sufrido. Luego de varios minutos de aquel inusitado tratamiento campesino, Camilo se atrevió a andar por sí solo, sin ayuda de nadie. El remedio casero del tiempo viejo sinuano había surtido su milagroso efecto.

-¡Te das cuenta, Camilo! Carajo si no lo sabré yo… Esa es escuela vieja taponera del pa´e mío, Andrés Cogollo Berrocal[8]… To´as esas cositas las aprendí de él!
-¡Si Nabo, ya me doy cuenta! Bueno pues, voy a seguir andando un rato para acabar de desentumir la pierna y seguimos la parranda… ¡Denme un ron mientras tanto, carajo!
-¡Camina, camina que andando la pierna se te sana! ¡Iván, sírvanmele un Tres esquinas a Camo que ya se siente alenta´o! ¡Uva![9]

Y al rato proseguía la parranda quizás más alegre y animada que antes, ahora con la especial motivación del feliz desenlace de aquel infortunado incidente que a Dios gracias no dejó hechos que lamentar.

Cuando yo llegué a la casa en aquellas vacaciones esa fue la anécdota que me contaron de primera línea, en diciembre de 1983, enriquecida con los datos y aportes de los testigos directos: mi padre, Elisa e Iván Martínez, entre otros. Hoy he querido compartirla con los amables lectores, treintaiún años después de haberse dado esos hechos, por su valor histórico y testimonial.
Madrid (Cundinamarca), junio 26 de 2014



NABO COGOLLO CON LA MISMA POTRANCA LLEGANDO AL RANCHÓN GRANDE 
DE LA FINCA 
(1984 aprox.)







[1] Junio 22 de 1944, fecha de su nacimiento.
[2] La coroza es una vereda de aparceros perteneciente al municipio de Cereté, en inmediaciones con el municipio de Ciénaga de Oro, departamento de Córdoba.
[3] Jopopelao era la forma coloquial por demás de jocosa como mi padre se refería a las gallinas de corral.
[4] Chave es Rosa Isabel Ayala de Cogollo, la esposa del Nabo. Familiarmente se la llamaba Chave y don Camilo la tenía en gran estima.
[5] Pomada o ungüento caliente de uso veterinario que mi papá usaba para golpes y porrazos en la finca. Aunque estaba prescrita para animales él la usaba indistintamente cuando se la requería como en este caso, debido a lo efectivo y saludable del medicamento.
[6] Iván Martínez el muchacho que hacía las veces de casero en la finca de mis padres, donde apoyaba a mi padre en las labores del cuidado de los caballos de paso fino colombiano y de ordeño de las reses, entre otras labores. Al igual que Elisa, Iván era oriundo de la vereda de La Coroza.
[7] La nariz de la palma es una forma coloquial de describir la parte superior de las hojas de palma amarga con que se suelen techar las casas en la zona de las sabanas de Bolívar, Sucre y Córdoba, respectivamente.
[8] La alusión a la escuela vieja taponera hace referencia a la casa paterna del Nabo. La finca de sus padres, don Andrés Cogollo Berrocal y Edelmira Guzmán de Cogollo, se ubicaba en la vereda de El Tapón, perteneciente al municipio cordobés de San Pelayo, cerca de la línea limítrofe con Cereté. El Nabo siempre se ufanó de la casa vieja de sus padres a la que llamaba “la casa taponera”.
[9] Interjección que hacía las veces de grito parrandero del Nabo.

sábado, 28 de junio de 2014

LA DIALÉCTICA DEL NO Por: Nabonazar Cogollo Ayala


LA DIALÉCTICA DEL NO
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Nuestra sociedad nos ha enseñado, un poco con su forma generalizada de pensar que aunque no esté explícita, sí actúa en lo profundo de nuestras conciencias, que el NO es un atentado contra nuestras grandes aspiraciones y metas en la vida. Nada más falso y alejado de la realidad. No siempre en la vida nos dirán SÍ a todo lo que pidamos… puede ser que no estén dadas las condiciones, que no sea el momento propicio, que no estemos aún preparados para ello, etc. Saber decir SÍ cuando sea el momento y se den las cosas, es de sabios. Igualmente saber decir y/o aceptar un NO por respuesta, es de espíritus superiores y nosotros lo somos, indudablemente, solo que debemos entrenarnos con sabiduría en el escenario mismo de la vida. Que nos digan NO, no implica necesariamente:

·       QUE QUIEN NOS LO DICE SEA UN ANTIPÁTICO, MALA PERSONA, MAL AMIGO (SI FUERA AMIGO) O QUE NO NOS QUIERA (SI FUERA UN SER QUERIDO). No le involucremos sentimientos y emociones al NO, que lo que logramos con ello es hacer más dura la situación y no ver con claridad las cosas.
·       QUE ESA PERSONA EN EL FONDO NOS ODIE, SOLO QUE NO NOS LO DICE CON CLARIDAD. No busquemos motivaciones personales en la negativa. Aunque puede haberlas, no será así en el 100% de los casos.
·       QUE ESA PERSONA SE ESTÁ DESQUITANDO DE UN RESENTIMIENTO VIEJO QUE TIENE CONTRA NOSOTROS. Si así fuera, pensemos que el NO nos da la oportunidad de reflexionar sobre nosotros mismos. Muchas veces un SÍ se convierte en un pavoroso NO, que no siempre es ventajoso ni benéfico. La sabiduría popular lo expresa en un filosófico refrán que dice… ¡No hay mal que por bien no venga!

¿Cuál es entonces la lección que debemos derivar del NO y de toda esa casuística que alrededor de él hay? Lo traté de expresar, de la manera más clara posible en el siguiente poema rimado. Espero que les guste…

LA LECCIÓN DEL NO

El mundo anhela escuchar  ese SÍ
Que expresa el deseo, la fe reprimida
Que nos dice… ¡Quiero, lo anhelo por mí!
Pero llega el otro y nos dice que NO…
-Yo mucho lo siento, no hay condiciones
De pronto mañana… ¡Eso digo yo!

¿Entonces qué haremos? ¡Llorar, maldecir!
-¡La gente me odia, me niegan   y dicen
Que no… ¡Contradicen mi gran provenir!
-¡Jamás! No te mientas con ese sermón
Que nadie te odia, solo que no es hora
De darte ese gusto, mi joven llorón.

-¡Pero es que yo quiero! ¡Yo exijo ese sí!
-Pues mucho lo siento, no es este el momento
Mañana, otro día lo habrás de alcanzar.
Por este momento te digo que NO,
Prepárate y lucha, tus fallos escucha
Quizás con esfuerzo lo puedas lograr.

-¡Pero es que yo quiero!... Debes madurar
Entiende que el mundo no siempre te mima,
No siempre complace tu mucho desear…
A veces se puede, otras veces ya no
Porque no es la hora y no hay condiciones,
Porque no estás listo... Debes aceptar.

Quizás el mañana te traiga tu SÍ
Si te has preparado, si mucho has luchado
Y tus desaciertos supiste suplir.
Pero si persistes cual niño llorón…
Por ese capricho, sin dar de ti mismo
Del NO, no sacaste la sabia lección.

Madrid (Cundinamarca), febrero 10 de 2014


jueves, 26 de junio de 2014

UN CANTO A CERETÉ Por: Nabonazar Cogollo Ayala


UN CANTO A  CERETÉ
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

En la ingrata lejanía más sentido es mi cantar
Por la tierra de mis padres, por mi tierra celestial…
Es hermosa cual matrona de la raza del Sinú
¡Imponentes son sus glorias como un símbolo zenú!

Cuando vuelva yo a sus lares, me hincaré con devoción
Ante el suelo de mis padres, palpitante de emoción.
Y veré a María Varilla revoleando en frenesí,
La pollera que le brilla con destello carmesí.

La cumbiamba resonante con magnífico vibrar
Va sonando en mis oídos y me hace sollozar…
Y alzo al cielo la mirada para ver un arrebol
¡Es el mítico cacique que enfrentara al español!

Eres tierra idolatrada la que nunca olvidaré
Palpitando va en mis venas tu legado, Cereté.
Pregonando va mi sangre que en tu seno yo nací
Si me fui de tus praderas hoy me tienes ante ti.

Brilla el sol con vivas luces cuando besa el pabellón
De mi patria cereteana que es orgullo en la nación.
La trazaron con el oro filigrana del ayer…
Con el blanco en sus vacadas, con su verde renacer.

Los muchachos de mi tierra son antorchas que al arder
Construyendo van futuro con sentido del deber.
Es por eso que mi canto con amante corazón
Va diciendo a las alturas… ¡Cereteana es mi canción!

Madrid (Cundinamarca)
Junio 16 de 2013
PUENTE METÁLICO SOBRE EL CAÑO BUGRE - CERETÉ -CÓRDOBA


lunes, 23 de junio de 2014

LOS HIJOS ANTE LOS TIEMPOS DUROS (Poema)


LOS HIJOS ANTE LOS TIEMPOS DUROS
(Poema)

El día transcurría, la tarde ya llegaba
Un joven se escurría con triste decisión…
Entraba en aquel templo que al viento se elevaba
Allá entre las afueras del pueblo, que asomaba
Su viejo campanario con toques de oración.

Veíase lloroso, sus lágrimas azules
Surcaban sus mejillas cual ríos de dolor.
Su alma delirante lloraba de tristeza
Furiosa lo abatía la vida que ya empieza
Su carrusel de heridas con canto turbador.

- ¿Por qué Señor del cielo? -Clamaba la criatura-
- ¿Por qué sufro tan joven? Me abate el corazón…
La falta del cariño de aquellos que acunaron
Mi cuerpo diminuto en su seno, cuando alzaron
Radiante mi existencia de flor en su botón.

- Señor vengo a contarte –prosigue el triste joven
Mientras que se acurruca contrito ante el altar-.
- Yo vengo ante tus plantas, Jesús para confiarte
Dolores y tristezas, mi alma que hoy se parte
En múltiples pedazos y triste suspirar.

La vida no es tan buena quizás como se piensa
Para cuantos muchachos existen a granel…
Sufrimos, Jesucristo, los padres que trabajan
Nos dejan siempre solos. Su esfuerzo resquebraja
La unión de las familias que liban acre hiel.

Me quedo solitario en casa con mi hermano
A quien presto mi ayuda en las tardes a estudiar…
No entiendo muchas veces sus múltiples tareas
Y vienen los amigos, la juerga y la pelea,
Me marcho y dejo solo a quien debo controlar.

Las horas vuelan raudas y yo feliz, contento
Me entrego irresponsable a jugar con el balón…
Mientras que mi hermanito en la casa, travesuras
Realiza entretenido, destrozos y diabluras
Cometen sus manitas de niño retozón.

Cuando llega mi madre se cierne la tormenta
- ¿Por qué tú te largaste? ¡No hiciste tu deber!
¿Por qué no hiciste aquello que ayer se te confiara?
¿Por qué no alzaste el polvo? La risa y la algazara
Es cuanto te interesa en tu malo proceder.

- Mamá deja te explico… - ¡No quiero explicaciones!
No sirven tus razones, ni sirve tu actitud.
Te marchas indolente a jugar con tus amigos
Y dejas a tu hermano que nunca va contigo
Para que rompa todo… ¡Qué mala juventud!

Después de los regaños revientan los azotes
Mi cuerpo en mil dolores revive tu sufrir.
Mi alma que no entiende del todo lo que he hecho
Se mueve compungida y doliente entre mi pecho
Maldice aquella vida de mi novel vivir.

El joven suspiraba muy quedo mientras baja
Doliente la cabeza y solloza ante el altar.
Mientras allá en la altura la imagen rozagante
De Cristo se ilumina en un halo brillante
Y cobra extraña vida su cuerpo al escuchar.

-¡Muchacho, no te aflijas! No llores tan temprano
La vida que comienza no es dura como crees…
El mundo da lecciones con palos y laureles
Te ganas cuanto alcanzas, las más sabrosas mieles
También las amarguras prolíficas de hiel.

-Señor, ya tú lo has dicho… de veras que lo entiendo
Mas yo no he terminado, yo quiero continuar…
Pues mira, que hay maldades en estos malos tiempos
Hay droga  y satanismo... tristeza que yo siento
Cuando me ofrecen cosas que me hacen enfermar.

Me han dicho -¡Eres un bobo! ¡No pruebas la sustancia
Más rica que ya existe y que te hace alucinar!
Si no lo pruebas –siguen- no vienes con nosotros
¡Bebé menos que niño! Regresa con los otros
¡O vete a las enaguas maternas sin chistar!

Señor, ante estas cosas mi alma se rebela
Me siento confundido, no quiero tambalear…
Pero también es cierto que yo no soy un niño
Cual ellos me gritaron… ¡Resuelto yo les riño
Y para ser más grande decido ir a probar!

¡Jesús qué cosa horrible! Mi cuerpo se estremece
Mis ojos distorsionan la clara realidad.
Todo lo veo confuso, mi mente me da vueltas
Y unas extrañas voces me dicen… ¡Casi suelta!
Pruébate otro poquito… ¡Esa es la novedad!

Cuando todo ha pasado recuerdo confundido,
Dolores de cabeza me aquejan a cual más.
¡Más yo me siento un hombre! Mi grupo ha decidido
Hacerme de los suyos… soy grande, ya he crecido,
El grupo de mi barrio me acepta, vivo en paz.

Señor, yo se que es malo probar malditas drogas
Que quitan a mi mente frescura y claridad.
Mas si yo lo hice un día fue por presión de grupo
También porque mis padres no oyeron mis apuros
Y yo quedaba solo con dudas y ansiedad.

-No juzgues a tus padres con sórdida dureza
Ellos trabajan duro por ti con ilusión…
Solo que cuando llegan a casa muy cansados
Jamás tienen el tiempo que tú tienes ganado,
Ni escuchan tus reclamos… quizá en otra ocasión.

Las lágrimas te tragas, tus padres no te escuchan
Tampoco te comprenden… ¿Qué pueden entender?
Ellos vivieron –dices- su vida en otros tiempos,
No saben de las drogas, del mundo en el momento,
Ignoran el peligro que existe en la Internet.

No saben que en las redes virtuales hay maldades
Que a diario ya te acechan buscando tu caer.
Promesas hechiceras de viajes a naciones
Donde tendrás trabajo y dinero por montones,
Lujosas existencias que alientan tu ceder…

Ay hijo no los oigas, son cantos de sirenas
Tan falsos como malos, no caigas en la red.
Perversa del que busca comprarte o esclavizarte
Hacerte prisionero de infiernos de otra parte
Donde menos que nada, apagas su alta sed.

-Señor, mi Jesucristo… ¿Acaso no exageras?
-  ¿Por qué dices tal cosa? El mal lo puedo ver…
Desde un confín al otro, donde crecen cizañas,
Venenos y ponzoñas que matan y que dañan,
El diablo se disfraza con sin igual poder.

- Señor, me siento triste, el tiempo que mis padres
Me han dado lo he gastado a veces en el mal…
Yo sé que a mis deberes de hijo y de estudiante
A veces he faltado…. ¡Mi alma sollozante
Se siente arrepentida! Mi culpa hoy es fatal.

-Pues hijo, buen comienzo es ver aquello malo
Que habremos cometido, pues anda y busca ya…
A aquellos que te dieron la vida en su momento
Presenta ante su rostro tu culpa y ardimiento
Contándolas al padre también a la mamá.

- Señor, ellos no oyeron mis cuitas otro día…
El tiempo no tenían, la rabia me invadió…
-         Muchacho no los juzgues, no dictes duros juicios
Contra tus padres fieles, sus duros sacrificios
Por ti libran de culpa lo malo en su labor.

Si a veces no te escuchan quizás es por cansancio
También por que no saben tu vida aconsejar…
Pero ellos son la sangre que corre por tus venas,
Tu ayer y tu mañana, se duelen de tus penas
No los hagas a un lado y aprende a perdonar.

-Señor, pero… ¡No hay pero que valga mi muchacho!
Olvida tus rencores y seca tu llorar…
Tus padres hoy te quieren quizás cual nunca antes
Ve y busca su cariño, su cálido semblante
Recuérdales quién eres, su tierno retoñar.

Cuando esto dijo Cristo brilló con luz radiosa
Un halo luminoso rodeó su rostro fiel.
Aromas deliciosos llenaron la capilla
Y un cántico en la altura sonó cual maravilla
De angélicos cantares de cristalina miel.

El chico vio aquel rostro y su alma que lloraba
Llenóse de alboradas de bendecida luz.
Secó con ambas manos sus lágrimas azules
Y rió como sonríen las albas entre tules
De celestial presencia ante el Cristo de la Cruz.

- ¡Soy libre, dijo entonces en gritos de alegría!
¡Mis padres sí me quieren! ¡Soy sangre de su ser!
¡Soy flor que renacida brotó entre sus rosales!
Soy la promesa nueva de sus años caudales
Y un día seré tan fuerte cual grande es mi deber!

Cantando de esperanza su espíritu ferviente
Salió de la iglesita camino hacia el hogar…
Donde  llegaba al filo ya opaco de la tarde
Aquella madre buena, cansada ante el alarde
De la dura jornada que empieza a culminar.

El padre había llegado cansado enormemente
Entre ambos amorosos buscaban en aquel…
Que fuera su existencia, retoño bendecido,
No estaba… ¿Dónde andaba? ¿Acaso se había ido?
- No creo –dijo la madre-, él es un hijo fiel.

La puerta se abre entonces cual tromba enardecida
- Mamá, papá!... ¡La vida bendita es ante Dios!
Los quiero mis viejitos, hermosos son ustedes
Yo soy su hermoso hijo, su sangre, sus mercedes,
Promesa que ante el mundo será graciosa voz.

Estaba resentido porque no me escucharon
Decía que eran malos y me dejaban mal…
Ante este mundo sucio tan lleno de diabluras
Que ofrece perdiciones y cosas tan impuras,
Y asustan al más bueno con su presión fatal.

Pero de la tristeza y sufrir ya nada queda
Puesto que hablé con Cristo en su trono celestial.
Me dijo que la vida es dura en su cruel marcha
Y debo recibirla con su punzante escarcha,
También con los fulgores del sol primaveral.

¡Oh padres los perdono por no escucharme un día!
¡Mi terca rebeldía producto fue del mal!
Les juro que más nunca yo habré de condenarlos
Con juicios de ignorancia; mi meta es perdonarlos
Pues soy su descendencia, su herencia existencial.

Brotaron de los ojos de aquellos padres buenos
Mil lágrimas ardientes de amor y de ilusión.
Y al tiempo se abrazaron unidos por la vida
Los hijos y los padres, unión ya bendecida
Por Cristo que en la altura tocó su corazón.

Escucha de tus hijos las dudas e inquietudes
Pues siempre -no lo dudes-, requieren de tu amor.
¿Qué estás hoy muy cansado? Pues saca unos minutos,
Reposa y luego atiende el reclamo diminuto
Que aquellos te presentan, cargados de dolor.

El mundo es plaza abierta do nacen muchos males
Acechan y circundan tus hijos la ocasión.
De andar torcidas sendas que llevan a dolores
Donde quizás no hay vía que invierta sus errores,
¡Cuida por siempre el rumbo de su joven acción!

Que Dios te dé sapiencia, grandeza y pulso firme
Para guiar tus hijos por el duro vivir…
Ellos serán tu vida y el sol de tus mañanas
Que crece cada día, mientras crecen tus canas
Al tiempo que conquistan un alto porvenir.

Nabonazar Cogollo Ayala
Julio 15 de 2007