EL ÁNGEL Y LOS JÓVENES
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Dos
muchachos entablaban una charla
A
la luz del sol muriente de la tarde…
El
crepúsculo doraba con alarde
De
lumínica presencia aquella sala.
Y
el recuerdo se tornaba en algazara
En
gracejo vuelto risa y ocurrencia…
¡Cuántas
cosas hizo pícara inocencia
Al
calor de la aventura que alcanzara!
-¿Tú
recuerdas?... dijo Octavio con premura
Aquel
día que ensuciamos el tapete
Con
el agua del servicio… ¡Qué deleite!
¡Tu
mamá casi nos mata en su bravura!
-¡Uy
fue bueno! ¡Qué aventura tan traviesa!
La
supera aquella otra del garaje…
Cuando
un día nos untamos con potaje
Al
lanzarnos salsa roja y mayonesa…
Y
seguían evocando mil diabluras
Los
rapaces con acento divertido…
Risotadas
resonaban al latido
Del
vivir que cosas buenas asegura.
Más
en esas que llegó… ¿Quién era este?
Un
muchacho muy extraño y atrayente…
Se
veía envuelto en luz resplandeciente
Parecía
aquel lucero del nordeste.
¡Son
las risas el destello de las almas
Que
al vibrar cantan de Dios las maravillas!
Mas
no obstante pueden ser las habladillas
De
lo malo que recuerda sus andanzas.
-¿Quién
es este? ¿Cómo entró? ¡No hay puerta abierta!
-Tal
no importa, dijo en tono convincente
El
muchacho que al hablar alzó su frente
Como el sol que nace al filo de la cuesta.
¡Nuestros
padres son la luz de vieja aurora!
Troncos
recios que al unirse dieron vida…
Al
renuevo que cual rama florecida
Brota
y crece hacia la altura en nueva hora.
¿Por
qué hay burlas del trabajo y sufrimientos
Que
causaron a mamá funestos hechos?
¿O
se sienten investidos con derechos
De
hacer daño con insanos sentimientos?
Soy
un ángel, el lucero mañanero
Que
visita con la luz de nueva ciencia
De
los chicos del colegio la conciencia
En
procura de los frutos del esmero…
Si
hubo un día un hecho malo y traicionero
Que
a los padres les trajera sufrimiento.
Mi
deber es dar la luz del pensamiento
Recto
y puro en el sentir de aquel renuevo.
-¡Ángel
puro! Nuestra risa no era daño
Y
tan solo pretendimos divertirnos…
Al
recuerdo de esos hechos compartidos
Tiempo
atrás, pasados días, mes y año.
Si
al oírnos tú pensaste en cruel amaño
¡No
tomaste en su sentido verdadero
Nuestra
risa y carcajada! Ve primero
El
auténtico sentir sin que haya engaño.
Jovenzuelo…
¡No pretendas engañarme!
Cual
engañas a tus padres y maestros…
Con
sentidos retorcidos y siniestros
¡Soy
el ángel de la idea feliz gendarme!
Mil
mentiras a tus padres sabes darles
Con
maltrechas intenciones y conciertos…
Has
gastado su dinero en los entuertos
De
tus tantas travesuras azotables.
Mira
un poco en tu interior, ve tu conciencia
Que
te dice… ¡Ya no más! ¡No más mentiras!
El
amor que en tu sendero te dio vida
Tú
lo explotas a tu modo y conveniencia.
Sé,
muchachos, que en las calles hay violencia
Hay
peligros que a los jóvenes incautos
Los
persiguen procurando mentecatos
Que
se dejen envolver en su apariencia.
Mil
peligros las esquinas les deparan
Desde
droga que ofrecida va al garete
Atrapando
al jovencito que promete
Convertirse
en vendedor de nueva cara.
Hasta
el tráfico de armas callejeras
Que
te ofrecen la bondad de las pandillas
¡Falsas
vidas que prometen maravillas
Al
muchacho que en los males persevera!
En
las redes de internet males doquiera
Se
consiguen sin cuidado ni premura…
Hay
quien busca jovencitos en procura
De
ofrecerles nueva droga que libera.
Otros
más van fomentado el satanismo
O
la trata de personas a otras partes…
¡Dios
eterno! De los males hay baluartes
Que
acechando van a jóvenes y niños.
¡Sí
ángel puro! Lo tenemos bien sabido
En
las redes no hallas cosas muy virtuosas…
Más
nosotros no caemos en las cosas
Detestables
que nos salen al camino.
¡Con
la fe del Dios paterno y amoroso
Proseguimos
el camino hacia la vida…
Aunque
el mal que va acechando nos convida
Al
abismo que se muestra pavoroso.
¡Pues
muchachos! ¡Adelante decididos
En
procura de un destino muy cristiano!
No
se burlen de ese padre veterano
Que
les traza un rumbo firme en el camino…
¡Con
la frente muy en alto un gran destino
Hallarán
entre los libros y la ciencia!
Cultivando
con valores su conciencia
Como
Cristo con amor les reconvino.
Y
esto dicho el ángel se hizo fumarola
Y
una estela luminosa fue a los vientos…
Los
muchachos con un triste sentimiento
Se
dijeron… ¡La verdad nos dio su ola!
¡Con
sus voces de verdad en santa hora
Este
ángel nos trazó feliz jornada…
¡Nunca
más nos burlaremos de quien nada
Malo
ha dado, pues es ser que nos adora.
De
esta forma los muchachos nueva vida
Avistaron
por el ángel al momento…
Y
un magnífico y hermoso sentimiento
En
el alma renació fortalecida…
Si
del mundo nos acechan tantos males
Los
valores del cristiano nos defienden.
La
familia es árbol fuerte que propende
Por
el bien hecho oración, hecho raudales.
Madrid
(Cundinamarca)
Junio
13 de 2013
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