jueves, 31 de enero de 2013

EL SAPO FILÓSOFO (Fábula filosófica)


Noticia histórica: En 2006 fui nombrado director, junto con la compañera Ruby Constanza Lara, del Proyecto de Filosofía para Niños y Jóvenes del Instituto Superior Cooperativo, entidad de educación media en la capital colombiana. Esta fábula la escribí para los chicos de los grados 4° y 5°. Ruby le sacó el máximo de provecho filosófico a este encantador poema con sus alumnos. Yo espero sea del agrado de los amables lectores.

Pepe Sapo se puso juicioso

A leer con amena fruición.

Cuanto libro llegó hasta sus manos,

Ciencias varias donde el ser humano

Del misterio daba explicación.

 

Y entre todos en la biblioteca

Que le diera saber en alud.

Se encontró con un libro soberbio,

Grueso, grande, fecundo y muy serio

De un filósofo grande en virtud.

 
 

Y embebido en sus páginas vuela

Del sapito la imaginación.

¡Yo! –se dice- seré siempre sabio

Y la gente oirá de mis labios

El saber de mi gran corazón.

 

Yo daré la infalible doctrina

A este mundo insensato y falaz.

Mi intelecto con luces eternas

Matará de los seres las penas

Y dará con orgullo la paz.

 

¡Yo seré más sabihondo que Hegel,

O que Kant, hasta el griego Platón!

¡Seré luz de la  gente  sapuna

Y a mi mente otra mente ninguna

Retará con soberbia opinión!
 
 
 

Más en estas lo escucha otro sapo

Tío Martín, consumido en vejez.

Que ha reunido el saber esplendente

De la vida pasada y presente

Con modestia, sin necia altivez.

 

Y escuchando con tacto el discurso

Se acomoda las gafas y ve.

Quien es ese que habla insensato

Y se ensalza a sí mismo a lo alto

Más allá del terral canapé.

 

Qué son esas tus voces, pequeño

-Va y le dice modesto el señor-

¿Quieres ser tú más sabio que el sabio

De los sapos, sin mengua o resabio?

¿Ser lumbrera, entre sapos mejor? 

 

Yo te aplaudo y qué bueno que quieras

Entre todos ser luz sideral.

Más no olvides no ser petulante,

No hubo sabio en la ciencia o talante

Que aplaudiera su propio caudal.

 

El saber no pretende el aplauso,

Ni lisonjas,  mundano laurel.

Su ansiedad es hallar las verdades

Desprendidas de las vanidades

De este mundo que a veces es cruel.

 

Si tú buscas ser más que los otros

Sobre el libro de honroso saber.

Temo amigo que erraste tu rumbo

Pues tú quieres lisonjas del mundo

No la pura verdad en el ser.

 

Deja el libro, no manches sus hojas

Con tu pobre e infeliz vanidad.

Busca fama en otras latitudes,

En el circo o en el baile… ¡No dudes!

No es tu meta la hermosa verdad.

 

Ante este inmortal raciocinio

Que da vuelta a su pobre intención.

Pepe Sapo se pone muy triste

Deja el libro. Su fe no consiste

Francamente en la sabia misión.

 

No te aflijas –le dice el buen tío-

Que no halles la senda a seguir.

No es motivo de llanto angustiado…

Pues sabrás que tú eres llamado

En aquello que orienta el vivir…

 

¿Y qué es? No lo sé, tú lo sabes

Sigue pronto tu fiel corazón.

Él, constante, con fe en tus destrezas

Llevará tu virtud, sin flaquezas

Donde nazca la aguda intuición.

 

Nunca hagas tú daño al hermano

Con la luz que en tu ser brillará.

Haz el bien con el rico talento,

Que el Señor de los cielos, atento

Te legó con la voz ¡triunfarás!
 
 
Nabonazar Cogollo Ayala
Madrid (Cundinamarca), Colombia
Enero 7 de 2006
 

3 comentarios:

  1. Muy buena, excelente reflexion maestro como siempre brindandonos un poco de su sabiduria...Frank Barahona

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  2. Muy amable de tu parte Frank, Dios te bendiga hijo. Un abrazo fraternal de tu antiguo maestro y amigo.

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  3. Muy bien colega, excelente reflexión

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