EURÍPIDES (ca. 480 a.de C. - 406 a. de C.) CONSIDERADO UNO DE LOS TRES DRAMATURGOS MÁS SOBRESALIENTES EN LA GRECIA CLÁSICA, JUNTO CON SÓFOCLES Y ESQUILO. ALGUNAS DE SUS TRAGEDIAS FUERON: ALCESTIS, MEDEA, HIPÓLITO, LOS HERÁCLIDAS, ANDRÓMACA, ETC. FORMÓ PARTE DEL REVISIONISMO RACIONALISTA DEL SIGLO V EN ATENAS, QUE SE OPONÍA AL CONSERVADURISMO DE LAS TRADICIONES REPRESENTADO POR LOS OTROS DOS DRAMATURGOS.
En la Grecia
clásica grandes hombres de letras elaboraron con maestría que asombró al mundo
entero, temas en torno a los dioses del Olimpo y sus complejas y a veces
contradictorias relaciones con los seres humanos. Eurípides escribió la obra
teatral Ifigenia en Áulide, hermosa
tragedia que se desarrolla unos años antes del inicio de la guerra de Troya.
Menelao, el burlado rey de Esparta, tan pronto notó que el príncipe Paris había
raptado a su esposa en sus propias narices, aprovechándose astutamente de su hospitalidad,
declaró la guerra en nombre de toda la región Aquea a la orgullosa e
inexpugnable[1]
Troya. Rápidamente envió emisarios a las diferentes ciudades aqueas, cuyos
reyes le respondieron afirmativamente.
LA BELLA PRINCESA IFIGENIA, HIJA ÚNICA DE LOS REYES DE MICENAS, AGAMENÓN (HERMANO DE MENELAO, REY DE ESPARTA) Y CLITEMNESTRA.
En cuestión de dos años se organizó una
poderosa flota de barcos y un ejército a cuyo frente la asamblea de reyes
aqueos había colocado al orgulloso Agamenón, hermano de Menelao. Ya todo estaba
listo para partir con barcos y ejército a atacar a Troya para rescatar a
Helena, pero algo inesperado sucedió.
Cierto día Agamenón durante una partida de caza dio muerte a un hermoso
ciervo que le saltó en medio del monte. Este era un animal muy especial que
había sido consagrado por los sacerdotes a Artemisa[2],
diosa de la caza y hermana gemela de Apolo, dios de las artes y la música.
Cuando la diosa se enteró de la muerte de su animal favorito montó en cólera[3]
contra Agamenón y todo el ejército Aqueo y envió una terrible peste que asolara
a todos los soldados. La muerte empezó a sembrar el terror en el campamento
aqueo. De otra parte Artemisa dio también la orden a Eolo, dios de los vientos
que no enviara vientos a los barcos aqueos –cuya flota estaba detenida en el
puerto de Áulide-, hasta tanto ella hubiera sido desagraviada por el soberbio
Agamenón, rey de Micenas.
ARTEMISA (DIANA EN ROMA) DIOSA GRIEGA DE LA CAZA, HERMANA GEMELA DE APOLO, DIOS DE LAS ARTES.
Agamenón estaba
desesperado, las semanas pasaban y nada que partían hacia Troya, primero por la
peste, segundo por la falta de vientos. Ya las tropas estaban impacientes y
amenazaban con sublevarse de un momento a otro, contra sus jefes, porque la
guerra prometida no empezaba. Agamenón hizo entonces llamar a Calcas, el
adivino de los aqueos, para que le informara cuál era la causa de la ira
desatada de la diosa Artemisa, contra él y sus hombres y qué se podría hacer
para apaciguarla. Calcas le informó que Artemisa estaba muy ofendida por la
muerte de su ciervo preferido y que lo único que ella exigía para aplacar su
terrible ira, era que Agamenón le diera a su hija, la bella princesa Ifigenia,
para ser sacrificada en el templo de la diosa. Esta terrible noticia hizo
sufrir mucho al recio hombre de guerra, quien luego de dudarlo, envió una carta
a su esposa Clitemnestra a quien le pidió que viniese de Micenas hasta el
puerto de Áulide, en compañía de su hija Ifigenia. Agamenón engañó a su esposa
y le dijo que la idea era que Ifigenia se casara con el apuesto príncipe
Aquiles, el héroe de los aqueos. Una vez en Áulide, Ifigenia se enteró de toda
la verdad. Estas escenas de la bella princesa junto con sus padres fueron
verdaderamente desgarradoras. Ifigenia aceptó resignada su triste suerte,
porque de no hacerlo así, todo el ejército aqueo sería destruido por la
rencorosa Artemisa. Una vez la princesa fue conducida por sus padres ante el
ara, la piedra negra del sacrificio, pasó un prodigio. Cuando el verdugo iba a
degollar a Ifigenia, apareció radiante
la diosa Artemisa y cubrió con un manto de vivísima luz a la hermosa princesa,
evitando que el cuchillo le hiciera daño alguno. Luego de cubrirla por completo
con aquel maravilloso manto de luz y fuego, desaparecieron ambas para siempre.
Artemisa llevó a Ifigenia a uno de sus templos y la convirtió en su sacerdotisa
mayor. En su lugar en la piedra del sacrificio, la diosa dejó una bella cierva,
que fue sacrificada por el asombrado verdugo.
CUADRO RENACENTISTA EN EL QUE SE REPRESENTA EL MOMENTO DEL SACRIFICIO DE IFIGENIA A LA DIOSA ARTEMISA
Ante este prodigio
todos los presentes cayeron de rodillas ante el poder y la majestuosidad de
Artemisa, la diosa de la caza. Ya apaciguada en sus exigencias, la deidad[4]
perdonó a Agamenón y permitió que todo volviera
a la normalidad. No obstante Clitemnestra, la madre de la princesa, no
quedó del todo satisfecha porque amaba profundamente a su hija y a raíz del
rapto de la diosa, nunca más volvería a ver a su amada Ifigenia. Este
sentimiento se tradujo en odio y rencor contra su marido, de quien juró
venganza al regreso de Troya, lo cual cumplió. Y este es motivo de otra
tragedia, La Orestíada, desarrollada
con maestría por la pluma del genial Esquilo. Clitemnestra en ausencia de su
marido se hizo amante de Egisto, primo hermano de Agamenón, a quien permitió
que gobernara la ciudad de Micenas como si se tratara del legítimo rey, durante
todo el tiempo que conllevó la guerra de Troya. Orestes, el hermano de Ifigenia
no veía con buenos ojos este engaño público de su madre y decidió marcharse del
palacio para siempre. Al regreso de Agamenón, la astuta Clitemnestra urdió un
plan con su amante para asesinar al verdadero rey. La reina fingió amabilidad y
en la bañera le dio muerte a su antiguo marido. Los dioses acosaron entonces a
Orestes para que regresara al palacio real y diera muerte al usurpador y a la
madre adúltera y asesina. Así lo hizo el joven guerrero, con la ayuda de su
hermana Electra. Las Furias[5]
acosaron a Orestes por su doble asesinato, hasta el punto de hacerlo perder la
razón.
CLITEMNESTRA CONSPIRA JUNTO CON SU AMANTE EGISTO PARA ASESINAR A SU ESPOSO AGAMENÓN, LO CUAL FINALMENTE REALIZA, PARA MOLESTIA E INCOMODIDAD DE LOS DIOSES DEL OLIMPO QUIENES INSTIGAN A ORESTES PARA QUE COBRE VENGANZA EN LOS DOS ADÚLTEROS Y REGICIDAS
Ambas obras giran
en torno a las traiciones, las conjuras, las iras, odios y engaños. Y sobre
todo, en torno al derramamiento de sangre. Los dioses tomaban partido aquí y
allá y parecían congraciarse con todas estas actuaciones en donde se iba del
odio, al amor y la euforia, pero nunca a la indiferencia. Eso las hace ser
tragedias, porque muestran los más bajos sentimientos, pasiones e instintos
humanos.
Nabonazar Cogollo Ayala
El Yopal (Casanare), Colombia
Noviembre 13 de 2012
[1] Inexpugnable= Imposible de ser abierta.
[2] Artemisa= Diosa griega de la caza, en Roma la veneraron con el
nombre de Diana, a quien llamaban “Diana
cazadora”.
[3] Montar en cólera= Coger mucha ira o rabia.
[4] Deidad= Diosa o divinidad.
[5] Las Furias= Espíritus primitivos de la mitología griega
antigua. Representaban los odios y las venganzas desbordadas. Enloquecían a los
seres humanos cuando hubieran cometido un delito grave. Se creía que moraban en
lo profundo del infierno, en las tinieblas y su misión era castigar las faltas
de los hombres. También eran conocidas como:
Erinias o Euménides. Nunca cumplían con la voluntad de los dioses.
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