sábado, 9 de febrero de 2013

QUERIDO ALUMNO E HIJO MÍO (Poema deontológico)

Desde la soledad de mi estudio, en donde cada día preparo los conocimientos con que he de recibirte en mi aula de clases y desde lo profundo de mi alma de maestro convencido, te  dirijo estas cuántas líneas;  a ti que eres lo más importante en mi vida diaria.  ¡A ti que eres  el sol con que se irradia de motivación y de alegría mi trabajo todo!


Cada día, cuando llegas al aula, tu vitalidad de joven se expande por doquiera: ¡Quieres saltar, correr, volar! Yo no puedo seguirte en todo ello, pero ¡Cuánto quisiera poderlo hacer! Hace un tiempo dejé de ser joven... Espero que lo entiendas.

Tus palabras están llenas de espontaneidad y pureza cuando eres niño; pero  a medida que te haces grande se llenan gradualmente de aspereza y hasta de una que otra espina. ¡Mide tus palabras cuando las lances en mi contra!, me hacen daño, aun cuando tú no lo creas. También soy humano.

¡Nunca digas mentiras ni hagas mal a nadie! Me duele cuando lo haces porque de alguna manera tú eres mi propio reflejo. ¡Un mal alumno se debe a un mal maestro! Y  yo no quiero serlo ni quiero que tú lo seas.

Cuando yo esté compartiendo contigo mis saberes en el aula, nunca me interrumpas con comentarios desobligantes, con ruidos molestos o con actitudes de descortesía.  ¡Entonces me siento menospreciado en lo que para mí es importante brindarte! ¡En lo que para mí es fundamental transmitirte! Cada momento que pasa me acerca más a la muerte y mientras esté contigo, quiero brindarte todo lo que más pueda de mi pobre y humana sabiduría.

¡Nunca me irrespetes!.. Me lastima el alma en lo más profundo que así lo hagas, porque yo nunca lo hago contigo. Irrespetarte yo es tanto como negarme a mí mismo en mi ser maestro. Irrespetarme tú es tanto como pisotear  mi figura de educador y de persona, la cual quiero mantener siempre digna y en alto. ¡No pisotees las flores con la torpeza de la inconsciencia!

¡Comparte conmigo la alegría y el entusiasmo por el conocimiento, por la ciencia y por la sensata sabiduría! Ellas son mi vida toda, mi ilusión y mi reto;  pero sin ti, ellas para mí carecen por entero de sentido. ¿De qué me sirven si no tengo a nadie a quien enseñarlas y a quien engrandecer con ellas?
Una vez que te he tenido en mi aula, te siento parte palpitante de mí, porque algo mío te llevas el día que te vayas.  Cuando te vuelva a ver por la calle ¡Salúdame con alegría como a un viejo amigo!, porque aun cuando pases digno y serio a mi lado, te miraré con los ojos húmedos y le pediré a Dios que te bendiga y lleve por buen camino, porque un día fuiste mi alumno, lo que me hace sentirte  mi hijo o mi hija.

Tu maestro, guía y amigo
Nabonazar Cogollo Ayala
Facatativá (Cundinamarca)
Colombia
2001

1 comentario:

  1. Manifiesto abiertamente mi molestia y mi inconformidad porque una escuela de primaria, de México, exhibe en su página de inicio este poema, sin darme el crédito respectivo de creación intelectual. También le omitieron el título. A pesar que les escribí formalmente la situación sigue sin mejorar. Ello me llevará accionar resortes legales en ese país en contra de dicha entidad educativa. La escuela se llama: ESCUELA PRIMARIA GREGORIO TORRES QUINTERO. Y aquí está el enlace donde aparece mi poema cercenado.

    Si esta situación prosigue me abstendré de volver a publicar mis creaciones en este blog y consideraré seriamente el cerrarlo.

    NABONAZAR COGOLLO AYALA

    http://primariatorresquintero.jimdo.com/buz%C3%B3n-de-la-carta/

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