miércoles, 2 de abril de 2014

¡COLOMBIA, DESPIERTA! Por: Nabonazar Cogollo Ayala


¡COLOMBIA, DESPIERTA!
Por: Nabonazar Cogollo Ayala

Según la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), en su último informe, Colombia ocupó el último puesto en un estudio aplicado a jóvenes de 15 años, de 44 países del mundo. Nuestros muchachos, según esto, son incapaces de resolver problemas de mediana complejidad, solo podrían vencer los más fáciles.
¿Amarga sorpresa para los colombianos? Esta es la Crónica de un descalabro educativo anunciado. El actual sistema educativo colombiano prohíja la pereza, defiende la medianía y se ha venido abanderando de la ley del mínimo esfuerzo. Ha venido formando generaciones y generaciones de bachilleres perezosos y mediocres, habituados a la copia, incapaces de leer comprensivamente un texto sencillo, de redactar un párrafo con coherencia y con cohesión y de adelantar operaciones con fraccionarios, entre otras operaciones básicas del pensamiento.
No se trata ahora de rasgarnos las vestiduras ni de hacer juicios de responsabilidades, porque el lastre de esta lacerante culpa lo cargamos todos, en mayor o menor medida. Desde un Estado complaciente que claudica y ha venido hincando la rodilla ante el pseudoargumento de la promoción automática, del catastrófico 5% en la no promoción, del sonado ministro Francisco Lloreda (2002), entre otras muchas desastrosas perlas. Hasta unos colegios (oficiales y privados) con planes de estudio caóticos, un Ministerio de Educación Nacional que perdió el norte desde 1991 en adelante, porque ya no supervisa, porque confunde educar con el culto a la libre expresión de la personalidad, llevada hasta los límites del delirio. Un MEN que ya no forma niños y jóvenes, sino que ahora contribuye a deformar, con su actitud distante, laxa, permisiva y omisiva. Hasta unos padres de familia malcriadores que le exigen al país y al mundo que consientan a sus amados retoños, los que hace rato olvidaron (¿alguna vez lo supieron?) qué cosa era respetar, saludar, pedir el favor, dar las gracias, analizar críticamente la realidad y reflexionar acerca de ella en actitud proactiva, aportando a las soluciones. El sexo llena la lengua de nuestros muchachos, su pupila y su vida en suma. No se salvan los maestros, mucho de los cuales olvidaron su compromiso pedagógico, docente y formativo, para preocuparse con celo excesivo de sus acreencias laborales y salariales. Los niveles de respuesta de sus alumnos, arrojan un serio manto de duda sobre la formación docente y sobre la profesión pedagógica en Colombia.
¡Colombia, despierta! Tu bachillerato, que hace 30 y más años atrás era de los mejores de América, ahora es una vergüenza y marcha a la deriva como un barco al garete, con un vacilante timón que estrena direcciones y tumbos cada 4 años. ¿A dónde van nuestros muchachos? ¿Para qué los formamos? ¿Para que engruesen las filas de los obreros rasos, procedentes del denominado tercer mundo, en Europa y los Estados Unidos?  ¿Qué vamos a hacer para superar las graves falencias de los que vienen detrás? ¿De los que aún son niños? ¿Cómo mejoraremos sus niveles de lecto comprensión y de texto construcción? ¿Cómo inocularemos en sus vidas en formación, valores éticos, sociales y del individuo? ¿Cómo mejoraremos sus niveles de inferencia lógico-matemática y aritmética?
Entendamos que el permisivismo, la tolerancia ante la copia y ante el fraude generalizado, la deshonestidad académica y la pereza enquistada y aceptada en nuestra sociedad y el relajamiento de los valores éticos (el despropósito conductual, la patanería, la violencia y el vandalismo generalizados), solo  arrojan una única consecuencia, por demás de grave: unos bachilleres tanto más mediocres cuanto más enajenados de la realidad mediata e inmediata del país en el cual han nacido: Colombia. Una juventud dueña de un norte desdibujado, poco y nada comprometida con su país, que se refugia en la virtualidad para disimular sus graves falencias de formación estructural. ¿Hacia dónde vamos, Colombia? ¿Hacia dónde vamos, padres de familia, profesores y centros educativos? ¡Despierta Colombia, despierta!

Madrid (Cundinamarca), abril 2 de 2014

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