domingo, 4 de mayo de 2014

LA CULTURA DEL MATONEO ESCOLAR



LA CULTURA DEL MATONEO ESCOLAR

En Colombia la cultura del matoneo, del bullying, de la intimidación y de la amenaza directa o indirecta, está fuertemente afianzada en nuestro propio tejido social y desarraigarlo es difícil, pero no imposible, si todos coadyuvamos en ello. El matoneo constituye una forma “fácil” de librarse de alguien que piensa diferente de nosotros, o que posiblemente se quede con nuestra chica o que sobresalga en el grupo por sus habilidades sociales o por su brillantez, entre otras razones.

¿Y matonearlo está bien? ¿Anonadarlo en su propio espacio, hasta con la agresión física y psicológica, está bien? desde luego que no. Pero esto último no siempre se reconoce en nuestro débil y claudicante sistema de justicia, tanto en instituciones educativas como en el propio Estado…Si el victimario es hijo de alguien poderoso y con influencia (un juez de la república, un fiscal regional, un abogado litigante reconocido, etc.) se esgrimen entonces argumentos inauditos de exoneración y el matoneador sale en limpio y se acalla la voz de la víctima, en una flagrante inversión de la escala de valores. Todo nuestro sistema ético y normativo claudica entonces ante el matoneador, quien sale muy orondo y sacando pecho. ¿Cómo se podría evitar esto en el futuro? (En instituciones educativas privadas y de la Iglesia Católica, he visto estos casos por decenas; ello no exime al sector oficial donde son pan de cada día, aunque con distintos actores y elementos como el pandillismo y la delincuencia organizada). 

Los padres debemos entender que nuestros hijos no son santos ángeles de inocencia y que deben ser formados en principios éticos tanto sociales como del individuo, que construyan comunidad, no que vayan en contra de ella.  El bullying se mandará al cuarto de los trebejos el día que todos los colombianos aceptemos y entendamos que las leyes son para  todos y no admiten excepciones por razones de clase, influencia, linaje o estrato socioeconómico. ¿Y cómo se logrará eso? Mediante la educación. Si todos empezamos desde ahora quizás no lo veremos pero es posible que los hijos de nuestros hijos sí. ¿Suena utópico? Puede ser pero si no comenzamos, jamás arrojará sus frutos tan noble iniciativa, porque como dijera sabiamente el legislador romano:
 DURA LEX SED  LEX
(DURA ES LA LEY PERO ES LA LEY).

NABONAZAR COGOLLO AYALA
Mayo 4 de 2014

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